Originario del noreste de la India y China, el limón Mano de Buda es un cítrico muy peculiar, de gran importancia cultural y religiosa, cultivado durante cientos de años. Fácilmente reconocible por su forma única que se asemeja a dedos alargados, se diferencia de los demás porque no tiene pulpa jugosa.

Solo la gruesa cáscara es comestible y es lo que lo hace un producto tan especial. Tiene grandes cantidades de aceite aromático, es sorprendentemente dulce en comparación con las cáscaras de otros cítricos y un sabor a limón con notas de lavanda y violeta.

Codiciado por la élite gastronómica mundial y utilizado principalmente como aromatizante debido a su intenso perfume cítrico con notas florales (piensa en flor de limonero), el limón Mano de Buda tiene múltiples usos.

Puede usarse en ralladura para aromatizar infusiones, licores y cócteles, aceites esenciales, como condimento cítrico en ensaladas, pastas, platos salados y marinados, o en tiras confitadas en pasteles, galletas y postres.

Por ser visualmente atractivo, también se utiliza para fines decorativos y ornamentales, así como ambientador natural (¡sí! se puede dejar en el frutero durante meses y seguirá deleitándonos con su notable aroma).

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