¿Escogimos este título deliberadamente para impactar y captar la atención? Tal vez.

¿Podríamos haber elegido otro? Sí, porque nos han dicho cosas peores.

¿Era necesario usar estas palabras? Creemos que no.

Recientemente, recibimos una crítica de un competidor que, de manera nada amistosa, nos dirigió estas palabras por presentar, sin saberlo, nuestros productos a uno de sus clientes. Una frase desafortunada que, de alguna manera, nos hizo reflexionar sobre lo que realmente significa competir de manera saludable, respetuosa y justa. Dejemos esto claro de una vez por todas: somos defensores del comercio libre y de la competencia sana, y estamos absolutamente convencidos de que nuestros principios son más sólidos que cualquier intento de descalificación.

Vivimos en un mercado global, por lo que pedir a las marcas que no se presenten a todos sus clientes potenciales no es razonable. Cada día, nuevos consumidores entran en el mercado, surgen nuevas oportunidades, nuevas necesidades y, por supuesto, nuevos productos para satisfacer esas demandas.

Hay un dicho que dice: "Haz una mejor trampa para ratones y todos vendrán a tocar tu puerta". Esto solo es cierto si la gente sabe que la trampa existe. Queremos decir con esto: ¿de qué sirve tener un producto y servicio excelentes si nadie los conoce?

Necesitamos clientes como el pan de cada día. Reclutar clientes es nuestra vida.

Si creemos en el producto y servicio que ofrecemos, ¿por qué esconderlos?

Si estamos totalmente convencidos de que benefician a las personas, ¿por qué no venderlos?

Si nuestro producto gusta, es natural que lo ofrezcamos al mayor número de personas posible.

No practicamos competencia desleal. No intentamos "robar" clientes a nadie mediante reducciones de precio extremas, trucos baratos o promesas de condiciones irresistibles. Probablemente, somos el productor más caro de todos y no hacemos descuentos. Ya hemos hablado de esto antes.

Hay tres cosas que una empresa puede tener: PRECIO, CALIDAD, RAPIDEZ. Se puede tener una, dos, pero nunca las tres. Para tener calidad y rapidez, no puede haber precios bajos. Ni descuentos.

Los descuentos son como los precios bajos. Cuando hay un descuento, alguien siempre pierde. Y nosotros no trabajamos así. Un precio justo no tiene descuento. Es el precio justo lo que nos ha mantenido saludables durante 10 años y lo que nos permite hacer lo que hacemos de la manera en que lo hacemos. Sabemos que al actuar de esta forma asumimos riesgos, pero ganamos relaciones duraderas, respeto y coherencia.

Nuestro enfoque siempre ha sido y siempre será la calidad del producto y la rapidez del servicio experto. Si un cliente decide trabajar con nosotros, es porque ve un valor real en lo que ofrecemos, ya sea en calidad, servicio o, simplemente, en la alineación de valores.

Respetamos profundamente las elecciones de todos. Si alguien está satisfecho con su proveedor actual, de ninguna manera intentaremos presionarlo para que cambie de opinión.

Nuestra visión es clara: la competencia no solo es necesaria, es vital. Nos desafía, nos motiva, nos hace más creativos, más eficientes, más humanos, más humildes. Y quien gana es el cliente.

No estamos aquí para atacar a otros. No tenemos tiempo para eso.

Nuestro enfoque está en trabajar, mejorar, aprender. Nuestro compromiso con la calidad y el cliente es inquebrantable, porque sabemos que ese es, y SIEMPRE será, el mejor camino.

¿Somos unos mierdas por eso? Pues que así sea.