Las hojas de hibisco suelen ser subestimadas en comparación con sus vibrantes flores. Sin embargo, ofrecen una variedad de beneficios y usos que merecen atención.
El hibisco, originario de regiones tropicales y subtropicales y con varias especies, es conocido por sus flores y hojas comestibles. En muchas culturas, las hojas de hibisco son valoradas tanto por sus propiedades nutricionales como por su uso en la cocina.
Las hojas son dentadas y carnosas, con una textura y mordida agradables, ofreciendo un sabor herbáceo, umami y una acidez vibrante y adictiva.
Son ricas en vitaminas A y C, además de minerales como calcio y hierro. Su composición nutricional las convierte en un excelente complemento para una dieta equilibrada, contribuyendo a la salud de la piel y del sistema inmunológico.
Acompañan bien a mariscos, platos vegetales terrosos (remolacha, tubérculos) y carnes y pescados ahumados o a la parrilla.
Pueden consumirse crudas en ensaladas, añadirse a salteados o utilizarse para preparar tés e infusiones. En la cocina africana, por ejemplo, suelen incorporarse en platos, aportando un sabor único y un color vibrante.
Son extremadamente decorativas, el toque perfecto para platos de otoño.
Además de ser deliciosas, las hojas de hibisco también son conocidas por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, lo que las convierte en una excelente adición a batidos y jugos.
Si aún no las has probado, te animamos a hacerlo :)